La carta de Noah
Tranquila
estaba hasta que sentí, nuevamente, el extraño sentimiento de cargar entre mis
brazos a mi pequeño bebé. Mi Noah… el único hombre, hasta el momento, que me ha
hecho sentir cositas extrañas dentro del corazón. Un hombre que no existe pero
lo amo como una loca. Veo mi cama e imagino su pequeño cuerpecito enrollado
entre frazadas color celeste. Duerme como sino hubiera un mañana, como si el
mundo fuera el mejor lugar para vivir; sin miedos, sin temor, sin ningún otro
sentimiento más que el de dormir para siempre o hasta que le dé hambre.
Noah,
si supieras que éste mundo es horrible, bueno… no el mundo, de hecho, es
maravilloso, sino que lo horrible somos los humanos que vivimos en él que
destruimos cada día el único lugar que tenemos para vivir, no sé si quiero
traerte a éste mundo.
Noah,
mi pequeño Noah.
¿Qué
pensarás de tu madre cuando te enteres que te hablaba sin siquiera sentirte
dentro de mi cuerpo? Sin siquiera saber quién será tu padre… Bebé mío, dime…
¿te llegaré a conocer? Sólo tú sabrás. ¿Quieres nacer? A veces creo que sí. Molestas
como ningún otro ser humano, invadiendo mis pensamientos para alejarme de la
paz y arrastrarme hacia la inquietud y la preocupación de saber que los años
pasas y con ellos la posibilidad de ser una madre joven. Ok, mi bebé, sé que ya
no seré una madre joven. ¿No te molestas si soy una madre vieja? ¿Una
treintona?
Te
amo, bebé.
Sabes…
quizá no me busque a un hombre para crearte. Sino más bien una mujer. Quiero
una chica para compartir mi vida, mi nido, mi corazón y para compartirte, amor
mío. Quiero darte una madre y una madre. Dos madres que se preocuparán de ti.
¿Será muy malvado de mi parte pensar así? ¿Me odiarías?
Mi
Noah. En mi mente te abrazo con fuerza y te pido perdón por ser egoísta y no
darte una figura masculina; un padre. Quiero ser egoísta y a la vez no. Ya me
entró la preocupación y siquiera existe, pequeño mío. Es gracioso. ¡Me declaro demente
por pensar como pienso! :)
Te
amo, chiquito.
*