Hola
a todos. ¿Cómo están? Jojojo, espero que bien, de verdad. Hoy, primero de
octubre, escribiré mi primera entrada en el blog. Y de verdad, de verdad que he
tratado de escribir todos los días, y no puedo, no me sale. No soy genialosa
como Seiren o Tigreton. Ellos son íconos a seguir… u.u
El
día de hoy les traigo otra de mis ya acostumbradas entradas con el título “Confesiones”.
Creo que me acostumbré a ellas. Es una forma fácil de iniciar un escrito.
Independiente si este es propio o no.
En
fin~ aquí con la confesión, espero les guste. ;)
Confesiones III
Confesiones III
![]() |
Ya quisiera verme así mientras me baño ;) |
Estaba
tranquila. Sentía el agua correr desde mi espalda hasta la punta de mis pies.
Amo dejar correr el agua de esa manera, aunque en mi subconsciente algo me dice
que soy la persona más cruel del mundo al desperdiciar tanta agua en un simple
baño. Pero… sólo quiero relajarme y siento que esa es la única manera de
lograrlo. Mojándome con agua hirviendo.
Cogí
el shampoo Dove del suelo y embetuné
mi mano con un poco de esa cremosa combinación de químicos que utilizo para
limpiar mi cabello. Lo acerqué a mi nariz y lo olí. Rico, pensé con devoción y sin más comencé a escurrirlo por todo mi
cabello. De arriba abajo sin olvidar ninguna parte de mi cuerpo. Lo masajeé tan
cual dice en el envase del producto. Las instrucciones. Tomé el pote del jabón
de la misma marca y ésta vez embetuné una esponja especial que tengo para el
cuerpo. Comencé a brotarme parte por parte y cuando llegué a mis pechos detuve
el movimiento circular que suelo hacer por inercia. Los observé; redondos y con
sus pezones erectos. No sobresalientes como se ven en las imágenes eróticas,
no, es como si mi pecho fuera redondo y tuviera dibujado dos pezones. Me
gustan, sobre todo cuando están mojados. Los seguí mirando incluso cuando una
de mis manos comenzó a estrujarlos de forma suave. Los movía de arriba abajo como
si alguien más lo estuviera haciendo. Una escena familiar llegó a mi mente de
forma automática. Unas manos acariciando mi pecho de forma circular. Una lengua
perdiéndose entre mi boca para encontrarse con la mía. Unas piernas abriéndose paso
entre las mías. Una escena que no paraba de pasar por mi mente mientras mis
ojos veían el exquisito movimiento de mi mano contra mi pecho.
Qué locura…
Susurré
con un hilillo de voz. Moví la cabeza de un lado a otro y pensé en la fantástica
habilidad de la mente; mientras vez un objeto tu cerebro te transporta a otro
lugar y así mismo estás viviendo dos situaciones diferentes.
Amé
sentirme así. Cerré la llave del agua y continué enjabonando mi cuerpo. El baño
continuó de lo más normal. Nada de manitas por aquí o por allá. No, continué
normal sin pensar en nadie. Ella así como llegó se fue.
Como
me hubiese gustado estar en la misma ducha contigo, una vez más. Sentirte como
aquella tarde; húmeda y caliente. Besarte como si el mundo fuese a acabarse.
Abrazarte con fuerza como si intentara unirme a tu cuerpo. Tocarte con
desesperación como si ésta vez realmente fuera nuestro último baño juntas.
Cosas
que guardo en mi corazón. Recuerdos que jamás volverán a hacerse verdad,
recuerdos que terminaran volviéndose nublosos. O quizá no, porque cada vez que
les ésta nota me ayudará a recordar en parte aquel dulce acontecimiento en un
baño ajeno que esa noche fue nuestro.
Te
amo. Sí, aún te amo. El amor no se olvida de un día para otro, o de un mes a
otro. Quizá te he estado ignorando, pero… ¿qué más puedo hacer para sacarte de
mi mente, corazón y alma? Dame fuerza…
Hay
días en los que desearía volver a hablar contigo… como lo hacíamos antes, pero
ya no puedo. La delgada brecha que había entre la amistad y el amor la crucé
hace ya un tiempo y es algo imposible volver atrás. A lo que éramos antes. Volver
a como si nada de esto hubiera pasado. No entiendo cómo tú puedes hacerlo. Eres
tan fuerte… o quizá jamás hablaste enserio… jamás te pusiste en el papel de “pareja”,
por eso te es tan fácil hablarme como amiga. Es injusto.
Quiero
abrazarte, de verdad… abrazarte para no soltarte jamás. Quiero besarte y así
permanecer contigo: saborear cada parte de tu cuerpo, sentir que eres mía y
creer que jamás estarás con nadie más. Que tus leyes no entorpecerán nuestros
planes, que tus miedos no quebrantaran nuestro futuro…
Un
futuro que jamás existirá.
Me
siento tan egoísta al no querer dejarte marchar. Te tengo aquí, capturada
prisionera de mis caprichos. Lo siento, pero aún no puedo liberarte. No todavía…
no con todo esto que siento aquí dentro. ¿Quién se hará responsable? Debo tener
a alguien capturada para hacerla culpable de tanto dolor.
Lo
siento.
"Me enamoré de lo que me imaginé que pasaría, me desenamoré de
lo que en realidad pasó."
Ya quisiera hacer mía esa frase.
*
Y aquí… otro momento de locura en donde mis pensamientos
desean salir a la superficie a través de mis torpes dedos. Aún no logran
coordinarse.
Saludos a todos y espero les haya gustado.
¡Besos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario