martes, 31 de marzo de 2015

Volviendo a la cancha + Relato ultra corto

¿Cuánto tiempo ha pasado desde que no escribo nada? Mucho... ¡bastante! Me siento algo avergonzada de tener tan abandonado a "mi espacio personal".

Aquí he escrito cada locura... que, el no hacerlo me hace sentir un poco triste.  Aquí vuelvo con un escrito lo bastante corto como para leerlo. Jajaja

Ese día (domingo 29 de marzo) estaba bastante emocionada escribiendo "Melany", supuse que sería un relato más o menos... largo con cara de corto (?), pero... no resultó como quise. Comenzó "TWD" y cerré todo para acomodarme junto a mi mamá a ver el último capítulo de temporada.

En fin, amigos, gracias por darse el tiempo de leer (los que lo harán) y más aún, por dejar sus comentarios.


Melany




Esa tarde decidí andar descalza por la calle. Estaba lloviendo y el suelo estaba cubierto de agua, tierra y hojas que caían por el fuerte viento que acompañaba al extraño cambio climático  que hubo alrededor de las siete de la tarde. Hora pico en que los trabajadores caminan de regreso a sus casas.
Era pleno verano y el sujeto del tiempo había mencionado que llovería durante la noche del viernes. Nadie le creyó, todos rieron y se mofaron con caricaturas dando alusión al pronóstico que todos imaginaban erróneo.
La sorpresa se reflejó en más de un transeúnte. Las mujeres corrían de un lado a otro para resguardarse de la lluvia. Caros peinados eran destruidos con recelo por la tibia agua que caía del cielo. Trajes extravagantes se humedecían, zapatos eran arruinados y más de un cigarro fue apagado. Nadie se lo esperaba, en realidad. Lamentos comenzaron a oírse de persona en persona por no haber creído en el sujeto que la noche anterior había pronosticado fuertes lluvias en el centro de la ciudad. Miles de personas, de la nada, aparecieron con trapos en el suelo ofreciendo paraguas de distintos colores y a un precio accesible.
—Lleve de lo bueno, caserita, lleve de lo bueno.
Soltó un viejo sin dientes ofreciendo paraguas negros, rosas, con diseños e infantiles. Un poco de color para animar el lúgubre panorama que dejó la lluvia en la fría ciudad.
Las luces de los faroles iluminaban con escases el asfalto de la avenida central, calle por donde debía transitar para llegar hasta la estación de metro que me acercaría a casa.
Más de una persona tropezó conmigo o chocó con fiereza sus hombros contra mi espalda como si estuviéramos jugando un partido de futbol americano.
Un poco de agua desata la furia entre los santiaguinos.
<<No entiendo por qué, si el agua lluvia es de lo más reconfortante…>>
Estaba empapada, el cabello había perdido su alto y glamuroso peinado francés que me había hecho en la mañana. Mechones castaños se pegaron en mi frente, mejilla y nuca. El agua escurría por mi cuello hasta perderse en mi brasier. La piel se me erizó en el acto y fue en ese preciso momento cundo sentí la asfixiante necesidad de quitarme los zapatos. Quería sentir la humedad de la calle enfriar la planta de mis pies, usaba un calzado blanco con un tacón de más o menos diez centímetros, que claramente me alejaba del suelo y mi extraño anhelo. Mi vestido floreado se apegó aún más a mi delgado cuerpo trasluciendo mi ropa interior. Pude sentir la brisa helar mis huesos. Exquisito.
En una mano sostenía la cartera que estaba destinada para mis salidas de los días viernes, y en la otra, sostenía los zapatos que ya me había quitado. Subí mi cartera hasta ganarla en el pliegue de mis codos y con la mano, nuevamente libre, quité el pinche que sostenía el resto de peinado. La quité con calma; disfrutando de cada segundo. Mi cabello mantuvo su forma por unos segundos y luego cayó exageradamente sobe mis hombros. El viento me despeinó una vez más, me empujó para enfrente dando así el impulso que necesitaba para dar inicio a la liberadora caminata que me llevaría a la estación de metro.
Las calles se vaciaron en un abrir y cerrar de ojos. La mayoría estaba refugiada bajo los techos de restaurantes chinos. El excesivo aroma de sus condimentos despertó mi apetito. Pensé, por un minuto, entrar en alguno de ellos y disfrutar de sus distinguidos y extravagantes platos, pero me negué. Ya llegaría a mi departamento a tomar alguna sopa instantánea o comer cualquier chuchería que encuentre en la alacena para acompañarla con una fría cerveza. Nadie jamás ha logrado quitarme de la cabeza que la cerveza, en los días fríos, es aún más satisfactoria que el mismo café a la hora de matar el tiempo.
El primer trueno retumbó en la ciudad. Más de un grito escapó de los finos labios de las empresarias que secaban su cabello en la entrada de un café. Sonreí con satisfacción. No esperaba que la naturaleza asustara a los santiaguinos, pero, tener un día fuera de lo normal, dejar atrás la cotidianidad, es realmente hermoso. Llenador a más no poder sobre todo si ese cambio va de la mano de la lluvia.
Di los primero pasos con seguridad. El suelo no me asustaba. No temí, siquiera un instante en lastimar la planta de mis pies, y si lo hacía, ya asistiría a un centro médico para atenderme. Mientras tanto disfrutaría de la añorada sensación que hacía años no sentía. Giré sobre mi cuerpo sin dejar de mirar el cielo. Vislumbré las grises nubes que soltaban sobre  nuestras cabezas la cálida lluvia de verano. El maquillaje comenzó a correrse. La máscara de pestaña estaba esparcida por mis mejillas. No me importó.

Sonreí con satisfacción al saber que la misma naturaleza era quien limpiaba mi rostro.




viernes, 8 de agosto de 2014

Dando señales de vida + relleno de blog.

Hola a todxs!
Llevo meses, nuevamente, sin escribir, ni dar señas de vida.
Ésta entrada es corta, y es… más que nada por un “cargo de conciencia”.
Meses atrás escribí lo molesta que estaba con mi hermana por hacer preocupar a mi madre y demás cosas…. Y bueno, encontré que es injusto dar a conocer mis momentos de estrés y enfado para con ella siendo que ahora he vivido meses, semanas y días muy felices con ella; sonriendo, cantando y compartiendo como hace tiempo no lo hacíamos.
La amo por ser ella, por ser mi hermana, por ser así como es. Después de todo… así nos “conocimos”.

En fin, sólo quería dejar en claro y estampado aquí, mi “pequeño espacio” lo muy feliz que he estado junto a ella, compartiendo momentos llenos de alegría, tristezas y enfados.

Hermana, te amo. :3



PD/: Siento que todo ésto fue como... "capítulo de relleno" jajajaja. :)
Saludos a mi mon amour. Cada día que pasa es un "te amo" más para la colección. ;)

viernes, 16 de mayo de 2014

Dentro de House of Sound ~ Fanfic de Aliento de Berserker.

¡Hola, hola!
Nuevamente aquí, con ustedes, para publicar ésta nueva entrada.
Es algo especial, jamás había hecho algo así, porque nunca me siento capaz de escribir sobre historias de otras autoras. No me siento a la altura... pero, creo que necesitaba -de verdad que sí-, escribir lo que escribí. No es la gran cosa... es algo corto, pero con cariño.
Un fanfic creado el 18 de diciembre del 2012. Pero, jamás me armé de valor para mostrárselo a quién correspondía... por vergüenza de arruinar su trabajo.
Ella, al verlo, le agradó. Y me dio la autorización de publicarlo... se lo enseñé hace ya bastante tiempo... y ahora, recién ahora, quiero compartirlo con ustedes.

Los personajes y la trama de la historia no me pertenecen, son de Vitoria, o más conocida como Calabaza, la creadora de "Aliento de Berserker". Una historia que me ha encantado, y por ello, he escrito esto.
Espero les guste.


Dentro de House of Sound


Eran gemidos. Se podían oír claramente desde la posición en la que Lucas se encontraba.
¿Cuánto tiempo llevaba allí? No tenía ni la más mínima idea. Sólo sabía que ya no era consiente de sus propios actos. No por lo menos, desde que llegó a ese lugar. O más bien, desde que su abuelo lo envió a ese terrible lugar.
Cuando abrió sus ojos pudo notar a lo lejos el cuerpo ensangrentado de su padre. No entendía qué era lo que sucedía, sólo sabía que el pobre hombre yacía en el suelo con graves heridas por todas partes.
— ¡¿Papá?! —gritó una vez consiente de lo sucedido.  
—Tranquilo, hijo —logró decir antes de que escupiera con claro dolor una enorme posa de sangre—. No es culpa tuya —susurró con ternura. Finas gotas de lágrima rodaron por sus ojos hasta caer y desaparecer entre la sangre que estaba repartida por todo el lugar.
Lucas trató de acercarse a él, pero enseguida notó el grueso metal que rodeaba su cuello. Estaba encadenado a una pared. Pero, era extraño, la cadena era lo suficientemente larga como para recorrer todo el lugar. Cogió la cadena con sus manos y allí pudo notar que ellas estaban bañadas de un líquido rojo carmesí. Sangre. Acercó sus manos hasta su rostro para cubrir su boca y así evitar que el revoltijo que sentía saliera por allí.
Más sangre.
Levantó la mirada y allí observó un sinfín de hombres que les admiraban desde lo alto tras un enorme ventanal de vidrio blindado.
Todos ellos los embelesaba una sádica y morbosa sonrisa.
—Sólo tienes que aprender a controlarte, Lucas —dijo uno de ellos a través de un micrófono.
Su voz resonó en toda la habitación tras un molesto sonido agudo que provocó. Lucas se retorció de dolor
—Sino lo logras, tu padre no podrá salir con vida de éste lugar —aseguró con un claro tono mal intencionado.
Lucas se apoyó en la pared para lograr así sostener su cuerpo. Miró con desesperación cada rincón del lugar. No había un solo espacio que no tuviera marcas de aquel macabro acto. Estaba torturando a su padre.
—Papá… —musitó una vez más—. Lo siento yo no…
—No es tú culpa —interrumpió una vez más el cándido padre.
Él sabía a la perfección que aquellas transformaciones eran comunes para la edad que tenía el chico. Y más aún si aquel era cruelmente obligado a transformarse para experimentar con su condición.
—Papá… —susurró una vez más antes de soltar un desgarrador gemido.
La cadena que ataba su cuello había producido una fuerte descarga eléctrica la cual provocó que Lucas se transformara casi instintivamente aquel bestial monstruo.
Sus ojos estaban desorbitados e inyectados de rabia y odio. Su enorme lengua colgaba de un extremo de su formidable hocico.
—Lucas…
La bestial, al sentir la voz de aquel hombre que le llamaba por su nombre, movió las orejas intentando reconocer desde dónde venía aquel inaudible gemido. Al observar aquella desfigurada forma humana, el lobo sintió deseos de acabar con la escasa vida que le quedaba. Pero algo lo detenía. Eran sus ojos. Los ojos de aquel hombre que derramaban lágrimas a diestras y siniestras. Suplicando, entre susurros, que dejaran en paz a su hijo. De que él no era culpable de nada, más bien, era él mismo el que tenía la sangre contaminada.

Lucas aulló. El dolor que sentía por el daño que le había ocasionado a su padre era tremendo. Su espalda se encorvó por completo mientras sostenía el peso de su cuerpo en ambas patas traseras, sus manos se dirigieron rápidamente hasta su cabeza y de su enorme hocico salió el más terrible y desgarrador quejido que hayan oído jamás los hombres de House of Sound.


En fin, así se termina el cortito... es antiguo y jamás sé cómo corregir mis cosas, porque de ser así, borraría todo. :) Lo juro. 

Un saludo y espero no leamos en otra entrada. 

lunes, 12 de mayo de 2014

Una carrera diferente a lo habitual.

Woh, Dios, cómo pasa el tiempo y yo sin dar señales de vida (por acá). En fin, no a mucha gente le preocupa el que escriba o no. xD
Aquí traigo un escrito… que encontré abandonado por allí, del 2013, no he corregido nada, porque no tengo ánimos, y tampoco le he dado final, porque ya no sé cómo hacerlo… pero lo quiero publicar sólo para compartir un pedacito de mi “pasado”. De mis escritos viejos.
Espero les guste.

Un saludo a mi preciosa… te amo mucho, mon amour.

                           *

Una carrera diferente a lo habitual.  

Añadir leyenda


Necesitaba calmarse. Inhaló y exhaló de forma monótona alrededor de cinco minutos. Llenó sus pulmones con aire hasta sentir la presión en su caja torácica. Su cabeza daba vueltas, el error de respirar de forma tan apresurada estaba cobrando su cuenta.
No comprendió del todo lo que había sucedido. Una disputa; Una ruptura; Una lágrima y la exasperada necesidad de gritar. Aunque él sabía muy bien que el silencio era el grito más fuerte que uno puede soltar.
El viento resopló con fuerza moviendo las suaves nubes. Las estrellas desaparecieron y la luna se apagó. Finas gotas de lluvia amenazaron con caer una a una hasta humedecer el desierto panorama que enfrentaba.
Suspiró con mayor fuerza soltando un sonoro gemido. Apretó los puños hasta que sus nudillos se volvieron blancos. Tensó la mandíbula y cerró los ojos con furia. Necesitaba calmarse. Lo sabía, fue lo primero que pensó y aún así no consiguió la paz que buscaba. 
Miró el cielo y éste le observó de vuelta. Una gota de agua cayó en su frente y resbaló hasta su mejilla. Una segunda gota cayó en sus labios y una tercera en su cuello. Cerró los ojos con más calma y dejó que el agua intentara limpiar su ser. Soltó sus brazos y abrió sus puños. Las gotas resbalaban frenéticamente por sus dedos estrellándose contra el húmedo suelo. Abrió los ojos con cautela para evitar que las finas gotas de lluvia cayeran dentro de  ellos. Sus largas y encrespadas pestañas ayudaron bastante para impedir que sus ojos sufrieran las consecuencias de mirar directo hacia arriba cuando había comenzado una lluvia torrencial.
Sonrió al momento de realizar un gesto infantil: Abrió la boca y asomó su lengua para que  ésta se llenara de agua. Se sentía  fría y no sabía a nada.
Niñato.
Gesticuló una sonrisa de medio lado y apreció el triste espectáculo que le rodeaba.
Idiota.
Cerró los ojos y dio unos cuantos pasos para luego soltar una exagerada carcajada. Retiró el agua que resbalaba de su rostro con ambas manos, secó, inútilmente, su rostro con la húmeda camiseta que llevaba puesta desde la tarde, después de la merienda junto a esa persona y recordó, con desagrado, la discusión, la ruptura, el enfado…
Lo había olvidado.
Los recuerdos volvieron a su mente más el disgusto permaneció de pie, frente a él, observándolo con recelo.
¿Me quieres dentro o no?
Por supuesto que no.
Sacudió la cabeza con fuerza. Mechones negros quedaron pegados en su rostro. Los retiró con sutileza y peinó con ambas manos su ondulada cabellera. Los negros mechones se enredaron entre sus dedos, batalló por unos segundos para luego dejar su acción de lado. Ya habrá tiempo de arreglarse, ahora debía actuar.
Dio dos pasos y se detuvo a observar sus zapatillas. Eran negras y brillaban gracias a las infinitas gotas de agua que descansaban sobre ellas. Apreció sus agujetas; ambas estaban sueltas. Bufó. Sonrió desganado. Se arrodilló y anudó ambas cintas. Las ató con fuerza y miró su próximo camino. La infinita calle que conducía hasta su siguiente meta. Una nueva carrera comenzaría, pero ésta vez no sería para obtener un premio, o un trofeo. No, esta vez correría por su destino, su vida, su futuro. Por su amado.
Apoyó sus manos en el suelo, levantó la cadera y miró para enfrente. Quien lo viera creería que aquel joven estaba loco. Aunque lo estaba, loco de amor por un muchacho que hace ya media hora se había marchado de su lado. Sonrió crédulo, golpeteó la punta de su zapatilla izquierda contra el suelo y miró con seguridad su camino. Excitado esperó la nueva señal que diera inicio a su próxima carrera. Tragó aire y sin expulsarlo de sus pulmones se echó a correr tras oír el frenético disparo de la naturaleza. Un destello iluminó las vacías calles que rodeaban su camino. Al parecer la lluvia no se detendría.
Tampoco yo.
Corrió con fuerza por la avenida principal. Dio cada paso sobre el húmero asfalto con una gran seguridad. Sintió el agua estrellarse contra su rostro, ya no era agradable; no se sintió como la primera vez, era como si ésta intentara detenerlo. Impedir que llegue a su destino por el camino que él mismo había escogido. Pero no se echaría hacia atrás. Ésta vez no escucharía a su alrededor, sólo a su corazón. Continuó corriendo con fuerza. Alzando el rostro, cerrando los ojos y volviéndolos a abrir. Sentía que en cualquier momento sus pies se despegarían del suelo. Se sentía tan ligero que creyó, por un instante, que volaría.
A lo lejos una silueta caminaba de un lado a otro como si estuviera ebrio. No era así. Sabía como era su muchacho. Y sabía a la perfección que su extraña forma de caminar se debía a que estaba evitando pisar las posas más profundas. Odiaba humedecer sus calcetas. Lo sabía muy bien. Lo conocía.
Gritó su nombre.
¡Manuel!
Pero el joven no lo escuchó. Un trueno se había encargado de silenciar sus alaridos. Sintió sus mejillas sonrojar. Sintió que la naturaleza se mofaba de él sin piedad alguna. Gritó una vez más.
¡Manuel!
Y éste se detuvo en seco.
Él continuó corriendo hasta estrellar su cuerpo contra el del chico que de la nada se había quedado de pie. Allí, esperando, analizando, dudando.
Ambos cuerpos se encontraron tras un fuerte golpe. Cayeron al suelo y el agua lluvia los recibió con alegría empapando cada parte de su ser. Acariciando su piel, humedeciendo sus extremidades, enfriando su pasado, su enojo, su disputa.
—Perdóname.
Gritó arrepentido.
—Perdóname.

Susurró en su oído sintiendo que el aire le faltaba.


*
Y así es como termina el escrito... 
¿Extra, verdad? pero bueno, quería agregar algo a mi abandonado blog. Un beso y espero les haya gustado. 


lunes, 3 de febrero de 2014

Ni yo lo entiendo

Hola a todos. Hoy ésta entrada será escrita desde mi nuevo celular (se siente emocionada) que está en mis manos desde... uhm... hace seis días.
Me gusta, es lindo... y simple, creo. Es un LG L9. Yo no sé nada de celulares, sólo sé que una amiga me lo mostró y lo amé.
Lindo!! :)

Jojojojo

Y la entrada es relacionada a los primeros días de mi menstruación...
...
Ok, no es algo que deba decir o comentar en público, pero...
En estos días, el primero sobre todo, siento la enorme necesidad de llorar. Llorar desconsoladamente y sin detenerme.
Mi cerebro juega con mis sentimientos durante estos días y trae a mí los recuerdos más tristes de mi vida... haciendome creer que mi vida sólo se compone de recuerdos tristes.

Quiero llorar y necesito que me abracen.

En fin eso es todo. Quería hacer algo con esto que siento aquí, en el pecho... o en el cerebro (?) Y la mejor forma fue escribir desde el celular. XD
Es gracioso y complicado (????) No soy buena con los dedos. Ni escribiendo.

Gracias por leer y más aún por comentar. Besos.

miércoles, 1 de enero de 2014

¡Comenzó un nuevo año!

¡Hola a todos! ¡Feliz año nuevo!

Ya es 2014 y pareciera que tan sólo ayer dio inicio el año 2013. ¡El año se pasó volando! Sucedieron muchas cosas, tantas que siquiera podría enumerarla aquí. Momentos fortuitos que me ayudaron en mí día a día.


2013 te guardaré como un recuerdo de lo más importante en mi vida, creo que no se quedará como un año más que se va. Sino que fuiste un año de muchas pruebas difíciles, de nuevos amigos, compañeros y experiencias. Gracias a todo lo vivido crecí de forma espiritual, personal y profesional.

¡Dios, tanto que agradecer! Y como lo dije, en alguna entrada pasada, ¡no me arrepiento de nada!


Recuento del año 2013

Comenzó un año lento, aburrido y sin emociones, estaba ya desesperada por trabajo.

Todo el año estaba enojada, preocupada y molesta con cierta persona. (xD). En abril encontré mi primer trabajo en una clínica. Urgencias. Jamás creí que sería tan divertido laburar en ese lugar, conocer gente nueva y por temas de horarios perdí el contacto con varios amigos.

En mayo, sentí una gran desilusión por un tipo de “engaño”. (xD) Me sentí engañada, traicionada y sin tener compromiso alguno.

En julio todo cambio, el año se volvió más oscuro, triste y complicado. Perdí lo que creía que era mi compañera de vida. ¡pero gané a los mejores amigos que jamás podría pedir!

Gracias en verdad.

Noviembre pasó lento y tortuoso pero al final todo se calmó y pasó. Volví a sonreír, las penas se esfumaron y la alegría volvió a mí.

Estúpido y sensual dos mil trece, me cagaste la vida, me hiciste más fuerte y me has pegado unos sustos del diablo. Eres y serás, hasta el momento, mi año más odiado. >:D

Lo que espero de este sensual 2014

Uhm… no es mucho, la verdad. No soy de las personas que se proponen metas a largo plazo. Hasta para eso soy algo perezosa, prefiero pensar en pequeñas metas que sé que podré cumplir, así no me sentiré desilusionada (?). No es que siempre esté planeado cosas que sí o sí se cumplirán. No. Me refiero a que… me propongo metas pequeñas, pensando en un presupuesto equis.

Por ejemplo, mi primera y primordial meta para este año 2014 es costearme mis bracket. Antes no había podido pensar en ello por el tedioso tema llamado dinero. En cambio ahora puedo hacerlo, puedo poner esa necesidad como una meta en mi vida. Junté el dinero para el presupuesto y luego tendré lo suficiente para costearlo durante los años que los necesite.

Seré tan feliz.

Sólo espero que la jodida vida no me arruine los planes. Jojojojo

Mi otra meta más cercana que tengo es la de cambiar mi cacharro. Mi celular.

Lo sé, es algo simple, quizá tonto, pero siento la enorme necesidad de cambiarlo. Me estresa todo el tiempo, siquiera una llamada telefónica puedo hacer tranquila sin tener que golpearlo porque se queda pegado. Demoro alrededor de diez minutos poder realizar una llamada.

Lo otro que espero, de este año, es el seguir creciendo como persona. Continuar trabajando en lo que estudié y si es posible ¡seguir estudiando!

Anhelo con el corazón seguir estudiando, quizá no lo que estudié, pero si será lo que me cautiva.

Volverme loca y dejar las preocupaciones de lado, ganarme un premio y comprar la casa de mis sueños y con el dinero restante seguir estudiando cada vez más.

¡Tener una biblioteca en mi propia casa! Omg…. Mis propósitos, cada vez son más infantiles. Jajaj pero sé que algún día los conseguiré, porque soy (creo) la mujer más obstinada que pueda existir jujuju.

¡En fin! Espero muchas cosas de este año, y como todo ser humano, espero un año lleno de felicidad y amor.

¡Gracias por todo y a todas las personas que me hicieron compañía a lo largo de estos años! Muchas, pero muchas gracias por comprenderme, apoyarme y aconsejarme. Las quiero, por estar allí. Ustedes, queridxs, saben quienes son, por algo están leyendo esta entrada.

Les deseo un muy feliz año, que todo sea maravillo en sus vidas, que la alegría reine en sus corazones y que cada sueño, por muy infantil que sea, se cumplan.


¡Besos y abrazos! :)


jueves, 12 de diciembre de 2013

Confesión IV

La carta de Noah


Tranquila estaba hasta que sentí, nuevamente, el extraño sentimiento de cargar entre mis brazos a mi pequeño bebé. Mi Noah… el único hombre, hasta el momento, que me ha hecho sentir cositas extrañas dentro del corazón. Un hombre que no existe pero lo amo como una loca. Veo mi cama e imagino su pequeño cuerpecito enrollado entre frazadas color celeste. Duerme como sino hubiera un mañana, como si el mundo fuera el mejor lugar para vivir; sin miedos, sin temor, sin ningún otro sentimiento más que el de dormir para siempre o hasta que le dé hambre.

Noah, si supieras que éste mundo es horrible, bueno… no el mundo, de hecho, es maravilloso, sino que lo horrible somos los humanos que vivimos en él que destruimos cada día el único lugar que tenemos para vivir, no sé si quiero traerte a éste mundo.

Noah, mi pequeño Noah.

Sigo pensando que esto es bien loco.
¿Qué pensarás de tu madre cuando te enteres que te hablaba sin siquiera sentirte dentro de mi cuerpo? Sin siquiera saber quién será tu padre… Bebé mío, dime… ¿te llegaré a conocer? Sólo tú sabrás. ¿Quieres nacer? A veces creo que sí. Molestas como ningún otro ser humano, invadiendo mis pensamientos para alejarme de la paz y arrastrarme hacia la inquietud y la preocupación de saber que los años pasas y con ellos la posibilidad de ser una madre joven. Ok, mi bebé, sé que ya no seré una madre joven. ¿No te molestas si soy una madre vieja? ¿Una treintona?

Te amo, bebé.

Sabes… quizá no me busque a un hombre para crearte. Sino más bien una mujer. Quiero una chica para compartir mi vida, mi nido, mi corazón y para compartirte, amor mío. Quiero darte una madre y una madre. Dos madres que se preocuparán de ti. ¿Será muy malvado de mi parte pensar así? ¿Me odiarías?

Mi Noah. En mi mente te abrazo con fuerza y te pido perdón por ser egoísta y no darte una figura masculina; un padre. Quiero ser egoísta y a la vez no. Ya me entró la preocupación y siquiera existe, pequeño mío. Es gracioso. ¡Me declaro demente por pensar como pienso! :)

Te amo, chiquito.


                                                           *

Y aquí.... otro de esos momentos llenos de locuras en donde mis pensamientos intentan salir a través de mis torpes dedos que aún no logran coordinarse con mi mente.




domingo, 17 de noviembre de 2013

#XodamenteHablando Con @Vardoc1 y @Xodaaaa



¡Que manera de reír! :) Espero lo disfruten tanto como yo. Bueno, en realidad a mí me gustan ellos, no sé si a ustedes... y si es primera vez que los ven.... >w< Ojalá y les guste! ;)

¡Muack! Hablamos otro día. :D

Entrada de vídeo xD

jueves, 14 de noviembre de 2013

El primero de muchos más.

Mi primer tatuaje

Lo pensé hace ya un buen tiempo, Casi tres meses de espera tenía mi tatuaje. Busqué diseños en la web, ninguno refería a lo que quería expresar, que no era mucho. Hasta que lo vi, sencillo, simple y pequeño; representando a la perfección lo que quería transmitir. No al mundo, sino que a mí misma.
El diseño en sí es simple… una pluma con aves volando hacia mi cabeza, más la pequeña y humilde frase “Free yourself”. ¿Simplón, no? Mis amigos me han preguntado qué significado tiene  el tatuaje para mí, a lo que respondo que sólo es algo lindo que encontré por allí y me gustó. Luego me reclaman diciendo que un tatuaje no es algo sencillo por hacer, que no es llegar y decir quiero uno y listo; todo tiene un significado.
Y vaya que lo tiene.
Lamentable es que no les pueda decir lo que significa aquel tatuaje. Lo encontré lindo; sí. Es sencillo; sí. Y tiene un valioso significado.
Liberarse.
Y baya que me he liberado durante estos cuatro meses que han pasado desde que me destrozaron. :3
Me siento más viva, más animada, más tranquila. Tranquilidad espiritual, mental y física. Necesitaba sentirme así, desde hace varios años. Y ahora logro encontrarme conmigo misma y sentirme satisfecha de todo lo que pienso, decido y hago.
En fin. Ayer por la tarde (miércoles 13 de noviembre) me junté con mi hermana y un amigo para cotizar los mejores locales del centro de Santiago. Recorrimos varias tiendas y todas eran caras. Cumplían con las normas de higiene (cosa que para mí era importantísima) y se notaba que eran muy preocupados, pero… sus precios. ¡Sus benditos precios me hicieron correr de una! Luego simón, mi amigo, me habló sobre el joven que estampó un hermoso Okami en su espalda. Lo pensé, y tras varias horas acepté ir a la comuna de San Bernardo para cotizar los precios y verificar el lugar.
Simón y su tattoo
Cuando llegamos el joven estaba cerrando (No sé si me sentí aliviada, en ese momento, o decepcionada por saber que mi tatuaje se atrasaría aún más), por lo que mi amigo reservó una hora para el próximo día.


Todo estaba listo.
La hora reservada.
Y un temor que me hacía doler el estómago.
Dormí tranquila esa noche y a la mañana siguiente me levanté temprano, ordené la casa y me duché. Esperé a que el Simón llegara a la casa y nos marchamos para el local. Cuando llegué siquiera pude hablar, sólo atiné a decirle cuál era el tatuaje que quería y mandar a mi amigo a comprarme una bebida cola. Necesitaba azúcar. Necesitaba huir de ese lugar, pero, no me atreví. Quería mi tatuaje, necesitaba sentirlo mío y verlo allí, tatuado en mi omoplato izquierdo acompañándome a lo largo de mi vida recordándome el por qué estaba allí. Eso, más que cualquier palabra de aliento que recibí por parte de mi amigo, me ayudó a caminar en dirección a la bendita silla negra que me esperaba.
Me bajé la polera y la tira del bra. Él marcó el dibujo en mi espalda y preguntó si así me gustaba. Sin mirar le dije que sí. Suspiré muchas veces y me senté con el mentón apoyado en mi pecho. Oí el vibrar de la maquina y un intenso escalofrío recorrió mi espalda. Observé mis brazos y los vellitos que hay en él se levantaron inmediatamente. La piel se me puso de gallina y creí, por un momento, que lloraría. El tipo se apoyó en mi espalda y sin avisar clavó la ajuga en la silueta de mi futuro tatuaje. Cerré los ojos con fuerza creyendo que pegaría un grito lleno de dolor, cosa que no fue así. Abrí los ojos y observé a mí alrededor. Sentí pequeño piquetes, sí, pero nada que no fuese capaz de soportar. Luego pensé en mis amigos, los que ya están tatuados, y todo el miedo que me metieron diciendo que en la espalda es una de las tantas zonas sensibles del cuerpo y por lo tanto una de las más dolorosas. Creí que moriría, pero, después de sentir los primeros piquetes todo cambió. Respiré de forma normal observando mis manos y cada cosa a mí alrededor; luego recordé unos personajes de mi rollplay y sonreí. Jamás creí que mientras tatuara mi cuerpo pensaría en esos personajes tan valiosos que tengo.
Observé a mi amigo, quien se acercó para observar el proceso del tatuaje, tenía una cara… que de verdad hubiese creído que me estaban mutilando. Sonreí. Volví a perderme entre mis pensamiento; observando mis manos, mis brazos, mis piernas. Luego noté que mi piel se estaba erizando aún más. Aprecié también que el dolor incrementaba, sobre todo cuando llegó a la zona del cuello. Aguanté la respiración por unos segundos y recordé las palabras de un viejo.
—Jamás dejes de respirar, porque así piensas menos; tu cerebro necesita de oxigeno. No dejes de respirar.
O algo así era.
Claro que las palabras no fueron dedicadas explícitamente para mí, sino que vinieron de la televisión (xD), pero, las aprecié como si el viejo ese me estuviese hablando.
Continué respirando de forma calmada; inspirando y expirando como si nada estuviese pasando. Lo único que me dolía en verdad era la posición que tenía para que el joven pudiera tatuarme. Vaya que me incomodó. La espalda algo doblada y el mentón apegado al cuello. ¡Imagínense estar en esa posición por una hora más o menos! Que fue lo que tardó el joven en tatuar mi cuerpo.  
Mi tattoo :) 
Cuando terminó, le tomó una fotografía y me la mostró. Quedé muy conforme con su trabajo. Muy feliz de saber que al fin tenía conmigo a mi querido bebé; el reflejo de mis sentimientos. ;) O al menos, así lo sentía. Y con esas ansias lo requería.
Cancelé conforme el total de mi cuenta (¿?? xD) y me marché a casa con una gran sonrisa. Es pequeño, lindo y muy significativo. Mi madre aún está en shock, jamás creyó que me atrevería a tatuar mi cuerpo. :)

En fin, eso es todo por hoy. No había escrito nada para noviembre y qué mejor manera de hacerlo que comentando sobre la extraña experiencia que sentía al hacerme mi tattoo. Espero les haya gustado.
La entrada fue escrita a última hora del día jueves catorce de noviembre. No revisé nada ni mucho menos me di el tiempo de corregir mis faltas. Mis sinceras disculpas y con ello me despido. Un fuerte abrazo y miles de besos.

Gracias por leer y comentar. :)

jueves, 31 de octubre de 2013

Felicidad fuera de casa

Felicidad fuera de casa

¿Por qué la gente tiende a enojarse, poner mala cara, gritar o reclamar cuando una persona, en su lugar de trabajo, está sonriendo? De verdad que no entiendo el por qué… o qué le molesta a los demás que uno disfrute de su ambiente laboral. Es extraño.
Pasamos la mayor parte del día encerrados en un lugar; nuestro segundo hogar como muchos comienzan a llamarlo. Nuestro lugar de trabajo. Yo, por ejemplo, trabajo doce horas al día, viajo ida y vuelta un total de dos horas más; es decir, paso catorce horas fuera de mi casa y creo, de verdad, que merezco pasarlo bien y sonreír en mi trabajo a la hora que se me  dé la regalada gana.
Trabajo en el área de salud, un lugar serio, lo sé. Trato con enfermedades e incluso con las vidas de personas ajenas a mí. Pero, no por ello quiere decir que debo estar todo el día seria o afectada por cada enfermedad que vea o aprecie. No. ¿Se imaginan nos pusiéramos a llorar con cada muerte que apreciamos? ¿Con cada diagnostico terrible? ¿Se lo imaginan? Viviríamos poco tiempo. Moriríamos jóvenes y quizá nos suicidaríamos. Además, si una persona muere a las dos de la tarde, no puedo quedarme allí, lamentándome su muerte por horas. No, debo seguir tratando con veinte personas más que necesitan atención; y ellos no me pueden ver afectada, ni mucho menos desanimada.

Por eso, gente, yo trato de sonreír todo el día. Cada palabra que dicen mis compañeros es motivo de alegría para mí. Siempre habrán bromas de todo tipo, sonrisas e incluso carcajadas. No porque trabaje en urgencias quiere decir que deba estar todo el día con el seño fruncido.
¿Por qué ésta entrada?
Bueno, porque el día de hoy un hombre preguntó hasta qué hora su hija esperaría por atención medica (no había espacio para él, todos los box estaban repletos), a lo que la enfermera respondió de forma calmada lo que estaba sucediendo y el por qué de la demora. Cuando terminó, sonrió y continuó platicando con otro compañero, quien le contaba una anécdota muy graciosa que le había pasado camino al trabajo. El hombre furioso comenzó a insultarnos a todos; que no teníamos derecho a sonreír porque estábamos en un trabajo serio.
Nos trató mal y se marchó… bueno, el doctor se levantó de su lugar de trabajo y lo echó.
—No puedes tratar así a una señorita
Finalizó antes de cerrar la puerta de entrada a la urgencia.
Muy admirable por parte de ese joven doctor, pero… todos quedamos pensando el por qué ese hombre, furioso, gritó que no podíamos sonreír. Quizá fue porque aún no recibía la atención que esperaba…
O…
Porque la gente aún cree que todos aquellos que trabajamos en salud no merecemos sonreír.
En fin… eso sería todo…
xD
Sólo quería expresar lo que pasó el día de hoy… ¡Gracias por leer! Nos vemos otro día. ;) No olvides comentar.

¡Saludos a todos!  ¡Muack!


jueves, 17 de octubre de 2013

¡Libertad!

Saben, creo que la página se está cambiando. Poco a poco, gracias al apoyo de mis amigos, he logrado gritar a todo “pulmón” un… “¡¡No me importa!! Y fue grandioso.

He estado todo un mes con lágrimas en mis ojos y almohadas. Y luego todo un segundo mes preguntándome el por qué nací mujer y peor aún… lesbiana.

O bisexual, ya no sé.

Pero estuve, tras nueve años de un amor prohibido, dos meses de tortura psicológica preguntándome el por qué de un millar de cosas.

Nada, por supuesto, tenía una respuesta sólida. Lo único que si sé es que tengo amigas y amigos, que a pesar de saber la verdad, me quieren de verdad… aún me hablan y aún están dispuestos a seguir saliendo conmigo. De verdad que aprecio todo su apoyo, palabras y cariño. Y gracias a ellos y  a mi amada Mon amour, pude gritar, el día de hoy un ¡¡No me importa!! 

Un grito espiritual. 
Mi alma se ha liberado. Mis pensamientos están más tranquilos, mis ojos ya no necesitan llorar y mi cuerpo no pide un abrazo de esa persona, porque… pasó a ser un… no me importa. :)

¿Quieres casarte? Hazlo, feliz por ti, porque has encontrado el amor y un hombre que te ama. Felicidades. Sí, me rompiste el corazón, pero… debo seguir. Ayer me dijeron que la vida sigue, y yo sé que el tiempo jamás ha perdonado a nadie y yo no seré la excepción. Tengo veintitrés años y debo continuar caminando. Conociendo más personas. Y quizá… sólo quizá, así encontrar a la dueña de mi corazón. :3


Muchas gracias, de verdad. Gracias, mon amour, por leerme día y noche las locuras que decía sin pensar… gracias por secar cada lágrima. 

En verdad… ¡Gracias!