lunes, 12 de mayo de 2014

Una carrera diferente a lo habitual.

Woh, Dios, cómo pasa el tiempo y yo sin dar señales de vida (por acá). En fin, no a mucha gente le preocupa el que escriba o no. xD
Aquí traigo un escrito… que encontré abandonado por allí, del 2013, no he corregido nada, porque no tengo ánimos, y tampoco le he dado final, porque ya no sé cómo hacerlo… pero lo quiero publicar sólo para compartir un pedacito de mi “pasado”. De mis escritos viejos.
Espero les guste.

Un saludo a mi preciosa… te amo mucho, mon amour.

                           *

Una carrera diferente a lo habitual.  

Añadir leyenda


Necesitaba calmarse. Inhaló y exhaló de forma monótona alrededor de cinco minutos. Llenó sus pulmones con aire hasta sentir la presión en su caja torácica. Su cabeza daba vueltas, el error de respirar de forma tan apresurada estaba cobrando su cuenta.
No comprendió del todo lo que había sucedido. Una disputa; Una ruptura; Una lágrima y la exasperada necesidad de gritar. Aunque él sabía muy bien que el silencio era el grito más fuerte que uno puede soltar.
El viento resopló con fuerza moviendo las suaves nubes. Las estrellas desaparecieron y la luna se apagó. Finas gotas de lluvia amenazaron con caer una a una hasta humedecer el desierto panorama que enfrentaba.
Suspiró con mayor fuerza soltando un sonoro gemido. Apretó los puños hasta que sus nudillos se volvieron blancos. Tensó la mandíbula y cerró los ojos con furia. Necesitaba calmarse. Lo sabía, fue lo primero que pensó y aún así no consiguió la paz que buscaba. 
Miró el cielo y éste le observó de vuelta. Una gota de agua cayó en su frente y resbaló hasta su mejilla. Una segunda gota cayó en sus labios y una tercera en su cuello. Cerró los ojos con más calma y dejó que el agua intentara limpiar su ser. Soltó sus brazos y abrió sus puños. Las gotas resbalaban frenéticamente por sus dedos estrellándose contra el húmedo suelo. Abrió los ojos con cautela para evitar que las finas gotas de lluvia cayeran dentro de  ellos. Sus largas y encrespadas pestañas ayudaron bastante para impedir que sus ojos sufrieran las consecuencias de mirar directo hacia arriba cuando había comenzado una lluvia torrencial.
Sonrió al momento de realizar un gesto infantil: Abrió la boca y asomó su lengua para que  ésta se llenara de agua. Se sentía  fría y no sabía a nada.
Niñato.
Gesticuló una sonrisa de medio lado y apreció el triste espectáculo que le rodeaba.
Idiota.
Cerró los ojos y dio unos cuantos pasos para luego soltar una exagerada carcajada. Retiró el agua que resbalaba de su rostro con ambas manos, secó, inútilmente, su rostro con la húmeda camiseta que llevaba puesta desde la tarde, después de la merienda junto a esa persona y recordó, con desagrado, la discusión, la ruptura, el enfado…
Lo había olvidado.
Los recuerdos volvieron a su mente más el disgusto permaneció de pie, frente a él, observándolo con recelo.
¿Me quieres dentro o no?
Por supuesto que no.
Sacudió la cabeza con fuerza. Mechones negros quedaron pegados en su rostro. Los retiró con sutileza y peinó con ambas manos su ondulada cabellera. Los negros mechones se enredaron entre sus dedos, batalló por unos segundos para luego dejar su acción de lado. Ya habrá tiempo de arreglarse, ahora debía actuar.
Dio dos pasos y se detuvo a observar sus zapatillas. Eran negras y brillaban gracias a las infinitas gotas de agua que descansaban sobre ellas. Apreció sus agujetas; ambas estaban sueltas. Bufó. Sonrió desganado. Se arrodilló y anudó ambas cintas. Las ató con fuerza y miró su próximo camino. La infinita calle que conducía hasta su siguiente meta. Una nueva carrera comenzaría, pero ésta vez no sería para obtener un premio, o un trofeo. No, esta vez correría por su destino, su vida, su futuro. Por su amado.
Apoyó sus manos en el suelo, levantó la cadera y miró para enfrente. Quien lo viera creería que aquel joven estaba loco. Aunque lo estaba, loco de amor por un muchacho que hace ya media hora se había marchado de su lado. Sonrió crédulo, golpeteó la punta de su zapatilla izquierda contra el suelo y miró con seguridad su camino. Excitado esperó la nueva señal que diera inicio a su próxima carrera. Tragó aire y sin expulsarlo de sus pulmones se echó a correr tras oír el frenético disparo de la naturaleza. Un destello iluminó las vacías calles que rodeaban su camino. Al parecer la lluvia no se detendría.
Tampoco yo.
Corrió con fuerza por la avenida principal. Dio cada paso sobre el húmero asfalto con una gran seguridad. Sintió el agua estrellarse contra su rostro, ya no era agradable; no se sintió como la primera vez, era como si ésta intentara detenerlo. Impedir que llegue a su destino por el camino que él mismo había escogido. Pero no se echaría hacia atrás. Ésta vez no escucharía a su alrededor, sólo a su corazón. Continuó corriendo con fuerza. Alzando el rostro, cerrando los ojos y volviéndolos a abrir. Sentía que en cualquier momento sus pies se despegarían del suelo. Se sentía tan ligero que creyó, por un instante, que volaría.
A lo lejos una silueta caminaba de un lado a otro como si estuviera ebrio. No era así. Sabía como era su muchacho. Y sabía a la perfección que su extraña forma de caminar se debía a que estaba evitando pisar las posas más profundas. Odiaba humedecer sus calcetas. Lo sabía muy bien. Lo conocía.
Gritó su nombre.
¡Manuel!
Pero el joven no lo escuchó. Un trueno se había encargado de silenciar sus alaridos. Sintió sus mejillas sonrojar. Sintió que la naturaleza se mofaba de él sin piedad alguna. Gritó una vez más.
¡Manuel!
Y éste se detuvo en seco.
Él continuó corriendo hasta estrellar su cuerpo contra el del chico que de la nada se había quedado de pie. Allí, esperando, analizando, dudando.
Ambos cuerpos se encontraron tras un fuerte golpe. Cayeron al suelo y el agua lluvia los recibió con alegría empapando cada parte de su ser. Acariciando su piel, humedeciendo sus extremidades, enfriando su pasado, su enojo, su disputa.
—Perdóname.
Gritó arrepentido.
—Perdóname.

Susurró en su oído sintiendo que el aire le faltaba.


*
Y así es como termina el escrito... 
¿Extra, verdad? pero bueno, quería agregar algo a mi abandonado blog. Un beso y espero les haya gustado. 


2 comentarios:

  1. Ah, la xuxaa.... Espera organizo mis ideas.

    Verás, ya sabes que a mí me dan estos inútiles intentos por encontrar novelas, libros, etc. de carácter popular, de esa que está de moda en estos tiempos (Literatura juvenil o erótica XD) y he leído infinidad de sagas, bueno, lo he intentado, porque no paso ni de el primer capítulo, por sosas, por pretenciosas, porque parecen escritas por niños de primaria, no sé (De hecho estoy leyendo ahorita una medianamente decente llamada La estrella).

    Mi punto es que, con este pequeño relato, lo primero que se me vino a la mente fue: ¿por qué publican a esas personas y no a ti? Porque este simple y corto relato me resultó muchísimo mejor que todo lo que he estado intentando leer desde como el viernes, no sé, ya perdí la cuenta XD

    Llevo tiempo sin leerte, bueno, aparte de lo que siempre me compartis para que te de consejos (Yo no soy nadie, ¡cómo se te ocurre pedirme consejos! XD), pero algo terminado y publicado, pues hace uuuuuuuuuuu y esta vez quedé: en verdad que ha mejorado mares.

    Ves, por eso no tienes que estresarte tanto (como te estresas tú, que bien lo sé, no lo niegues). Al final, todo fluirá de una u otra manera. No digo naturalmente porque para los que no naacemos con este don (Tu y yo, y otro montón) tenemos que practicar y leer mucho y empaparnos de todo lo que nos rodea para construir algo medianamente decente (qué frustración, pero las cosas no son fáciles nunca), y esta vez has conseguido algo por encima de la media, te lo juro.

    En resumen: me gustó un montononón!

    XD

    ResponderEliminar
  2. Nee, holi uvu. Leí tu escrito (el fanfic no lo leí porque no conozco la obra en el que está basado). Me gustó mucho la narrativa, el hacer una descripción en el paisaje, en vez de dejar tan a la vista los sentimientos del personaje principal, a modo de efecto espejo fue una idea realmente inteligente. Deberías seguir publicando más a menudo, nee, probablemente eso te ayudaría un montón a distraerte y a seguir mejorando y/o incursionando en la narrativa.

    Muchos besos sensualos para ti.

    ResponderEliminar