miércoles, 7 de agosto de 2013

Confesión

Cuando te conocí, hace dos años atrás, por medio de una red social muy famosa que ha consumido a la mitad de la humanidad, no dudé, ni por un minuto, en arriesgarme a conocerte; de avanzar mil pasos a la vez sólo para estar contigo. Quería hacerte mi prioridad; estar cerca de ti la mayor parte del tiempo y regocijarme entre tus brazos, respirar el mismo aire que tú, acariciar tu piel y caminar por el mismo sendero que tus ojos verían en un futuro no muy lejano. Deseaba estar contigo por siempre o por lo menos hasta que el tiempo nos dijera ya basta.
Lamentablemente, jamás logré disfrutar de tu compañía como siempre lo quise hacer. Me tuve que abstener a ser sólo una simple amiga. La amiga con la que saldrá a pasear sin la necesidad de tomarse de las manos; la amiga que verá como su amada crea un camino a la felicidad junto a un hombre que conoció de la misma forma que me conoció a mí.
Y desde aquí te digo… te amo y sé feliz.
Sí, es extraño, te hablo de mis amores, así como tú me lo has pedido… conversaciones normales de amigas normales, te hablo de mis sentimientos no correspondidos para con otras mujeres, pero jamás te he dicho lo mucho que me ha dolido no poder haberte dado siquiera un beso. ¿O ya lo he hecho? Sinceramente no lo recuerdo… pero, te anhelo, querida, te anhelo desde lo más profundo de mi corazón. Quizá no es amor, sino más bien un capricho.
Pero, ¿qué tiene de malo encapricharse con los labios de una chica? nada ¿verdad? Eres mi deseo prohibido. Eres… lo que jamás conseguiré y por ello te deseo con fuerza; noche tras noche entre mis sábanas eres la más amada, te hago el amor con cada pensamiento, eres la que altera mi pulso y desborona cada uno de mis sentidos. Me haces pensarte a diario.
Puedo hasta jurar que no hay día en el que no haya pensando o susurrado tu nombre.

Eres mi princesa, mi consentida, mi anhelada niña.



















Momento de locura, en donde mis pensamientos intentan salir a través de mis dedos y plasmarse en la computadora. Es una pena que mis manos sean tan torpes y no puedan conectarse al cien por ciento con mi mente y simplemente escriban lo que ya escribí. No se acerca ni a la mitad de lo que quería expresar... Dios, soy un asco a la hora de escribir.
Un beso a todos ustedes, y espero no hacer sangrar sus hermosos ojos. :) 


1 comentario:

  1. Cómo van a sangrar mis ojos si lo que acabo de leer me ha gustado mucho! No sé, lo sentí tan diferente, tan personal y al mismo tiempo tan no tú. No sé lo que digo, pero me gustó bastante y a pesar de ser corto me provocó muchas cosas.

    Ya extrañaba leer algo tuyo. Espero te animes a escribir más. Sí, ya sé que es difícil, pero vamos, sé que tu puedes!

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