Anoche
soñé algo bastante chocante.
Estaba
en mi casa, no recuerdo muy bien lo que hacía, pero me entretenía. Usaba una
ropa bien linda, cosa que en la vida real no pasa, siempre visto con la misma
ropa casual y aburrida, en cambio, la de mi sueño era toda linda. Y sin
mencionar, además, que me veía delgada. Ahora no es que esté gorda, pero me
gustaría ser como las chicas de la televisión. En fin, volviendo a mi sueño,
creo, si mal no recuerdo, que estaba preparando algo de comer, era de noche y
mi madre había salido a una fiesta con su pareja. Yo me quedé sola y veía la
televisión, cosa extraña, porque de ser la vida real estaría en la computadora
(xD). Luego sentía pasos, mientras yo estaba aún en la cocina. ¡No, miento!
Antes de sentir los pasos las luces de mi casa se fueron. Quedé completamente a
oscuras. Con suerte pude ver el cuchillo que sostenía entre mis manos. Comencé
a temblar, porque me da miedo la oscuridad. Me acerqué al interruptor de la
cocina y lo presioné unas tres veces. Fue estúpido porque la luz se había ido
en toda la casa.
—
¿Qué sucede?
Pregunté
aún más nerviosa y caminé con inseguridad hasta mi habitación. La cual está a
unos cuantos pasos de la cocina. ¿Qué suerte no? Bueno, corrí la cortina que
tengo por puerta, entré en mi cuarto y allí divisé dos ojos color rojo. La
garganta se me secó y mi sistema respiratorio dejó de funcionar. Los ojos me
observaron siniestros y una sonrisa acompañó aquel tétrico cuadro. Sentí que
las manos me temblaban, y en la derecha aún tenía el cuchillo cocinero con el
cual cortaba la lechuga para hacer mi ensalada, su peligroso filo roso mis
desnudas piernas y fue en ese momento en el que intenté soltar un grito. Grito
que fue brutalmente opacado por la enorme mano del hombre quien con fuerza, un
tanto bruta —para ser un sueño—, azotó mi cabeza contra la pared sin quitar su
mano de mi boca. Sentí que el pánico se apoderó de mí ser, intenté patalear,
morder, pellizcar o zafarme de su agarre, pero, como en todo sueño, nada de lo
que quería hacer funcionaba. Simplemente sentía que me movía —he de suponer que
me revolqué mucho en la cama, en la vida real XD— pero no hacía nada. Sólo
estaba allí, asustada, paralizada e indefensa frente a un hombre que no conocía
y el cual lo único que hacía era sonreír como un sádico.
Estoy
segura que traté de pedir “auxilio”
pero él inmediatamente me hizo callar con una pequeña bofetada en la mejilla
derecha. Sentí como aquel contacto con su mano ardía enormemente. Me dolía y no
podía hacer nada para despertar. Luego el hombre de los ojos rojos y la enorme
sonrisa comenzó a bajar su mano por el contorno de mi cuello, acarició mis
hombros y luego siguió el fino hueso llamado clavícula, se detuvo en el hueco
que queda entre una y otra para observarme atento.
—Esto
se pondrá violento —susurró
asquerosamente salpicando pequeñas gotas de saliva por todo mi pecho.
Di
un pequeño sobresalto, cerré los ojos con fuerza y apreté los labios. Aquel
hombre había comenzado por besarme, sentí el amargo sabor de su boca, fue
terrible. Comencé a dar patadas para cualquier parte sin saber si le llegaría
una o no. Y al parecer ninguna le llegó porque el tipo seguía con su labor.
“Es que nadie vendrá a
ayudarme”, pensaba desconsoladamente. “Acaso lo del chico héroe sólo pasa en las películas o en el anime”,
y aquello me desanimó. No habría nadie que pudiera ayudarme, siquiera Tomoe-sama. ¡Sí! Pensé en él. J aja.
Cuando
el tipo intentó tocarme un seno, sentí que la sangre me hervía. Apreté con
fuerza aquel cuchillo que sostenía tan celosamente y sin pensarlo dos veces lo
enterré con fuerza en el cuello del agresor. El hombre soltó rápidamente mi
boca y dejó de tocarme. Dio unos pasos para atrás mientras en su rostro se
podía divisar claramente aquella mueca de espanto y dolor. Yo sonreí. Quitó,
estúpidamente, el cuchillo que fue enterrado perfectamente en la arteria
carótida. Apenas y quitó aquel afilado instrumento su cuello comenzó a salpicar
exageradamente de un líquido tibio y viscoso. Era su sangre. El hombre gritaba
e intentaba atacarme, pero al parecer la sangre que perdía era demasiada,
porque siquiera podía mantener el equilibrio.
—Perra
hija de puta —alcanzó a decir justo
antes de que su mandíbula se desencajara. Me había acercado a él y con fuerza
pateé su rostro. Pude sentir el excitante crujir de sus huesos al momento de
quebrantarse.
—
¿Qué se supone que haré contigo, eh? —agregué cruelmente mientras cogía el
afilado cuchillo del suelo. Lo sostuve entre mis manos y el olor a metal entró
rápidamente en mis fosas nasales. Era el olor de la sangre.
Luego,
como en todo sueño, aparecí de la nada en cuarto vacío, que supongo yo es la
casa abandonada que está justo atrás de la mía. Miraba a un sujeto que estaba
amarrado a la pared desde sus extremidades. No gritaba, no se movía, no hacía
absolutamente nada. Sólo podía apreciar el dulce aroma de la muerte. Bueno, no
es tan dulce, pero en mi sueño así lo sentí. Sin mencionar, además, que el
suelo estaba completamente teñido de rojo.

En
fin, ese fue mi extraño sueño, al despertar sentí la extraña necesidad de matar
a una persona para ver si era tan reconfortante como en mis sueños. Rápidamente
abandoné la idea. Já. Luego, sin lograrlo, intenté soñar con Tomoe y terminé
soñando con nubes negras que cubrían un rojo cielo.
¿Qué
pasó conmigo? Sueños raros.
Espero
les haya gustado… y espero, de igual forma, que no se hayan aburrido. Un saludo
a mis dos grandes amores “Seiren-sama y Calabaza-sama”, las quiero y admiro.
Besos a las dos y muchos abrazos
psicológicos.
¡¡Chau-chau!!
Woah! Si que me gustó. Empieza como una pesadilla para al final convertirte tú misma en el más temible personaje X3
ResponderEliminarTienes un lado oscuro que sale a relucir de pronto, como en este sueño, yo sigo creyendo que serías una excelente exterminadora de zombies.
Un voto por que sigas escribiendo tus sueños <3